= RELATOS DE FESTIVALES Y VIAJES =
LO MÁS DIFÍCIL DE IRSE ES REGRESAR... rezaba la frase publicitaria de "Noticias Lejanas", multipremiada película de mi amigo Ricardo Benet. Y cuánta razón tiene.
En total 25 días fuera y 19 ciudades de cinco países. En algunos casos, sólo por escala, en otros, para quedarme varios días. Vengo llegando de Europa.
Me disculpo por tomar tanto tiempo para publicar una nueva entrada, pero entre los teclados franceses, los alemanes y, por qué no decirlo, lo excesivamente caros que pueden ser los ciber cafés (sólo por dar un ejemplo, uno de los más caros que me topé por allá cobraba 8 euros -algo así como 128 pesos por 15 minutos!!-). Y bueno, debido al entusiasmo y cariño con el que yo pretendía narrar lo acontecido, elegí esperar a tener las condiciones necesarias para sentarme y con toda calma, compartir.
Se suponía que este viaje tenía como principal objetivo la presentación de mi corto Edén en el programa Best of World Award-Winning Films, dentro del Festival de Cannes. Su proyección, contactos, conocer personas, relaciones públicas y todo lo que significa estar presente en un festival de cine, particularmente en éste. Al final sí, eso fue. Eso y mucho, mucho más.
No importa lo que uno haya visto antes, nada se compara con el Festival de Cannes. Y vamos a dejar de lado por ahora el tema de la calidad de las películas que presentan, que siempre es taaaaaan relativo, en éste ESPECIALMENTE. Quiero más bien traer la atención a la magnitud del evento cinematográfico que es.
La convergencia tan importante de estrellas, directores, productores, distribuidores, programadores, compradores y otros "ores". Todos están ahí. Es un mar de gente. Las calles de la pequeña ¿ciudad? se llenan de gente de cine. Los habitantes mismos de Cannes se integran: era fantástico verlos desde temprano en la mañana colocar sus escaleras y bancos tan altos como fuera posible lo más cerca permitido de la barrera de seguridad de la famosísima alfombra roja para ser testigos del desfile de celebridades. Y qué celebridades. Sólo por nombrar a unos pocos, muy pocos, de los que estuvieron ahí este año: Steven Spielberg, George Lucas, Harrison Ford, Angelina Jolie, Brad Pitt, Benicio del Toro, Catherine Deneuve, Penélope Cruz, Woody Allen, Sharon Stone y hasta Diego Armando Maradona, entre muchos, muchos, muchos otros. Uno de los momentos más interesantes que viví fue estar a un metro de Madonna, que también asistió y a quien pude expresarle unos segundos -a un metro, digo- mi admiración. Y justo de eso se trata, en un festival de esta naturaleza, no importa qué tan grande e importante sea uno, siempre llegará alguien más grande y brillante que robará el reflector. No importa si eres Angelina, llegará Madonna.
Se suponía que este viaje tenía como principal objetivo la presentación de mi corto Edén en el programa Best of World Award-Winning Films, dentro del Festival de Cannes. Su proyección, contactos, conocer personas, relaciones públicas y todo lo que significa estar presente en un festival de cine, particularmente en éste. Al final sí, eso fue. Eso y mucho, mucho más.
No importa lo que uno haya visto antes, nada se compara con el Festival de Cannes. Y vamos a dejar de lado por ahora el tema de la calidad de las películas que presentan, que siempre es taaaaaan relativo, en éste ESPECIALMENTE. Quiero más bien traer la atención a la magnitud del evento cinematográfico que es.
La convergencia tan importante de estrellas, directores, productores, distribuidores, programadores, compradores y otros "ores". Todos están ahí. Es un mar de gente. Las calles de la pequeña ¿ciudad? se llenan de gente de cine. Los habitantes mismos de Cannes se integran: era fantástico verlos desde temprano en la mañana colocar sus escaleras y bancos tan altos como fuera posible lo más cerca permitido de la barrera de seguridad de la famosísima alfombra roja para ser testigos del desfile de celebridades. Y qué celebridades. Sólo por nombrar a unos pocos, muy pocos, de los que estuvieron ahí este año: Steven Spielberg, George Lucas, Harrison Ford, Angelina Jolie, Brad Pitt, Benicio del Toro, Catherine Deneuve, Penélope Cruz, Woody Allen, Sharon Stone y hasta Diego Armando Maradona, entre muchos, muchos, muchos otros. Uno de los momentos más interesantes que viví fue estar a un metro de Madonna, que también asistió y a quien pude expresarle unos segundos -a un metro, digo- mi admiración. Y justo de eso se trata, en un festival de esta naturaleza, no importa qué tan grande e importante sea uno, siempre llegará alguien más grande y brillante que robará el reflector. No importa si eres Angelina, llegará Madonna.
Entonces, siendo así, ¿qué es lo que uno puede hacer en ese mundo para no pasar totalmente desapercibido? Al principio me estresé y me parecía que debía estar inmerso en el festival. Que a como diera lugar debía sumergirme en el torbellino de actividades ocurriendo, que era parte de mi trabajo. Que cada segundo que pasara dentro del festival sin subirme a la oleada, era un segundo perdido. El Jet lag me tenía como pendejo, me moría de hambre, veía borroso... era un zombie, vaya. Pero tenía que trabajar: hacer contactos, dar tarjetas, demos, screeners! El primer día, vi muchísimo movimiento y yo sabía que había cosas para mí en él. Quise irme a dormir, pero me llené de una sensación de culpabilidad y me quedé.
Y es que sólo son 10 días al año del festival de Cannes. Cada minuto es valioso... Sí... pero no.
Si algo de aprendizaje me dejó este festival es que uno tiene que hacer sólo lo que uno tiene que hacer sin pretender ser omnipresente. Nunca, especialmente en un festival grande se podrán ver todas las películas, reunirse con todos los distribuidores, asistir a todas las fiestas. Y por ahí del segundo día me di cuenta que era un festival tan endemoniadamente grande que ni aunque me partiera en cincuenta podría cubrirlo todo, así que, para qué intentarlo siquiera. Fue hasta entonces que empecé a disfrutarlo de verdad. REEEELAAAAAX. Y todo el estrés se fue. Y entonces pude realmente pasarla bien: me fui a conocer la pequeña ciudad. Con toda calma me senté a comer a la pura usanza europea (dedicándole un laaargo rato a la comida, pero largo). Y me metí a ver algunas películas. Y claro, trabajé, me entrevisté con muchas personas, estuve presente en la proyección de mi corto, intercambié infinidad de tarjetas de presentación. Pero a otro ritmo: a mi ritmo.
Sólo éramos Edgar Barrón, el productor y yo trabajando por ganar notoriedad, fue muy cansado pero muy divertido una vez que empezamos a tomarnos las cosas con calma. De verdad que fue divertido. Por ejemplo, el corto "Edén" cuenta la historia de Cyra, una niña con una planta creciéndole dentro del cuerpo, por lo que un día antes de nuestro screening, para fines promocionales, nos colocamos Edgar y yo una ramita que salía de nuestros oídos y nos salimos así a promocionar el corto, lo que verdaderamente hizo que muchas personas se interesaran por él, investigaran y eventualmente nos contactaran. Y al final no nos fue nada mal, conseguimos invitación para otros nueve festivales y dos ofertas de compra. Al no estar en una sección competitiva, podría decir que eso que logramos fue sin duda un sinónimo de éxito. Porque además, si bien es cierto que era con "Edén" con que participábamos, la idea era no desaprovechar la ocasión para promocionar tanto como fuera posible mi largometraje "Aurora Boreal". Y vaya que lo hicimos. En un balance general, lo que aprendimos, los contactos y amigos que hicimos y los pasos decisivos para la construcción de nuestras carreras, fue un festival muy afortunado para nosotros.
Y es que sólo son 10 días al año del festival de Cannes. Cada minuto es valioso... Sí... pero no.
Si algo de aprendizaje me dejó este festival es que uno tiene que hacer sólo lo que uno tiene que hacer sin pretender ser omnipresente. Nunca, especialmente en un festival grande se podrán ver todas las películas, reunirse con todos los distribuidores, asistir a todas las fiestas. Y por ahí del segundo día me di cuenta que era un festival tan endemoniadamente grande que ni aunque me partiera en cincuenta podría cubrirlo todo, así que, para qué intentarlo siquiera. Fue hasta entonces que empecé a disfrutarlo de verdad. REEEELAAAAAX. Y todo el estrés se fue. Y entonces pude realmente pasarla bien: me fui a conocer la pequeña ciudad. Con toda calma me senté a comer a la pura usanza europea (dedicándole un laaargo rato a la comida, pero largo). Y me metí a ver algunas películas. Y claro, trabajé, me entrevisté con muchas personas, estuve presente en la proyección de mi corto, intercambié infinidad de tarjetas de presentación. Pero a otro ritmo: a mi ritmo.
Sólo éramos Edgar Barrón, el productor y yo trabajando por ganar notoriedad, fue muy cansado pero muy divertido una vez que empezamos a tomarnos las cosas con calma. De verdad que fue divertido. Por ejemplo, el corto "Edén" cuenta la historia de Cyra, una niña con una planta creciéndole dentro del cuerpo, por lo que un día antes de nuestro screening, para fines promocionales, nos colocamos Edgar y yo una ramita que salía de nuestros oídos y nos salimos así a promocionar el corto, lo que verdaderamente hizo que muchas personas se interesaran por él, investigaran y eventualmente nos contactaran. Y al final no nos fue nada mal, conseguimos invitación para otros nueve festivales y dos ofertas de compra. Al no estar en una sección competitiva, podría decir que eso que logramos fue sin duda un sinónimo de éxito. Porque además, si bien es cierto que era con "Edén" con que participábamos, la idea era no desaprovechar la ocasión para promocionar tanto como fuera posible mi largometraje "Aurora Boreal". Y vaya que lo hicimos. En un balance general, lo que aprendimos, los contactos y amigos que hicimos y los pasos decisivos para la construcción de nuestras carreras, fue un festival muy afortunado para nosotros.
Me dio gusto saludar a colegas mexicanos por allá, Jean Marc Russeau, Fernando Eimbcke, Amat Escalante, todos participantes. Muchos amigos y paisanos se dieron cita en la fiesta del cine mexicano organizado por el IMCINE en la playa. Otra fiesta muy divertida donde me encontré muchas personas conocidas fue la de la Semana de la Crítica y el Festival de Morelia. Vi muchos amigos y eso me hizo feliz. Pero especial gusto me dio toparte con Miguel Múzquiz, compañero de generación de la universidad. De la gente perfilada para dirigir cine, siempre fue de los más destacados. Participaba con un documental titulado "Hospital Zurich", sobre su hermano, estudiante para chef de 22 años a quien le diagnosticaron cáncer. En una narración de "adelante hacia atrás" el relato termina con la fiesta de cumpleaños del hermano, donde celebraba feliz, sin imaginarse la noticia que poco después recibiría. De verdad es un documental entrañable, visualmente muy hermoso, con toques de humor que contrastan con el sentido profundo y melancólico del corto. Poco después conocí también al hermano, un tipo encantador con quien intercambié un par de recetas de fondue. Estoy seguro que puede y va a ponerse bien. Lo deseo con el corazón. Y el documental es un trabajo de enorme sensibilidad y hermosamente logrado, muy recomendable.
Otro amigo mexicano, a quien conozco hace tiempo, que no estuvo en Cannes pero que se hizo sentir fue Alonso Álvarez, quien dirigió un corto bienintencionado realizado con pocos recursos y una anécdota muy sencilla aunque quizá muy conocida y un tanto gastada. Titulado "Historia de un letrero", cae bien por su honestidad y por lo transparente de la propuesta. Pues ganó un concurso organizado por la Junta de Cine de Canadá que consistía en obtener la mayor cantidad de votos en internet, un mérito muy chingón sin duda, pero que nada tenía que ver con la competencia del Festival de Cannes. Debido a una confusión originada por un boletín de prensa lleno de inexactitudes, en México se difundió ampliamente que él había sido el ganador de Cannes. Y de golpe su nombre sonó en muchos medios de comunicación volviéndose famoso mucho a raíz de un malentendido, a lo que poco después siguió una acusación de plagio ya que encontraron muchos otros trabajos audiovisuales con la misma historia. La acusación fue realmente absurda porque esa historia es un lugar común, una anécdota de dominio público. Después, el segundo golpe lo dio uno de su equipo de producción, quien declaró que había sido él quien realmente hizo el corto ya que Alonso no tenía idea de lo que hacía dirgiendo, o alguna estupidez de ese tipo. Con sus cosas muy buenas y las muy malas, lo divertido de la situación fue ver a mi amigo, que es un súper buen chavo esquivando golpes y viendo todo un circo a su alrededor del que ni se enteró ni cómo ni cuándo. Creo que al final lo disfrutó mucho y la pasó poca madre. Y desde luego, todo esto le servirá mucho para su siguiente proyecto que según me contó será filmado en cine y está a punto de arrancar. Yo lo apoyaré tanto como esté en mis manos.
Fueron diez días de festival, proyecciones por todos lados, ruedas de prensa, cocteles, fiestas. Mucho glamour a la vieja usanza. Hoy mi visión del cine es un poco distinta, creo. Estar en Cannes me hizo verlo de un modo que simplemente no podría explicar, es diferente, más amplio, más global. Y sí, más ambicioso. Quiero estar ahí. Quiero SER ahí.
Llegará el día en que mi única responsabilidad en un festival sea ponerme guapo para la alfombra roja y sonreír para las fotos mientras alguien más se encarga de todo. Pero mientras eso ocurre, hay que chambearle. Y duro. Pero sonriendo. ¿O qué?
Este relato apenas comienza. Ténganme un poco de paciencia.
Al terminar el Festival de Cannes, debíamos esperar para diez días después llegar al festival de Innsbruck, donde mi largometraje estaba seleccionado. Mi amigo Jean Cristophe Chenard nos recogió a Edgar y a mí y emprendimos un viaje por Italia en coche. Iré contando todos los detalles.
Abrazos con todo cariño!
4 comments:
sergiu!
es bueno tenerte en casa
descansa
y sigo esperando el envío eeeehhh.. mendigou
chow!
por cierto luce mejor esta caratula de tu blog
sergiu!
es bueno tenerte en casa
descansa
y sigo esperando el envío eeeehhh.. mendigou
chow!
por cierto luce mejor esta caratula de tu blog
Hola =)
Que bueno que estes de vuelta, hace falta que platiquemos, espero mi pequeño presente de tu gran viaje jeje
Cuídate
# # # # TE FELICITO TU VIAJE FUE MUY ENRIQUECEDOR, TE QUIERO Y ESPERO VERTE PRONTO # # # #
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