Tuesday, October 20, 2009

LIGERO

El polvo se fue juntando. Los objetos inútiles fueron llenando los clósets. Mi escritorio se llenó de libretitas, tapitas de plumas bic mordisqueadas, post-its de pendientes.
Tuve la sensación de que los objetos me tenían acorralado, me sentía atrapado, como si trajera una carga muy pesada encima.

Lo vi claro: era necesario hacer limpieza a fondo. De todo.

Me corté el cabello. Fui con el dentista. Limpié mi refrigerador y tiré todos los frascos que habían caducado. Organicé dvds, cds y libros.

Dediqué varios días a sacar cajas de cartón del clóset, me di cuenta que tenía una cantidad impresionante de cosas que no necesitaba, que nomás hacían bulto. Fue una labor bastante dura, pero lo logramos.
Lo más pesado no fue el cansancio físico ni mis padecimientos por alergias al polvo. Lo más difícil fue desprenderme de objetos que han venido caminando conmigo desde hace años. Pero fue lo más sano. Me cuesta porque soy un tilichento* del demonio y tengo dificultad para desprenderme de mis cosas.

Me siento más ligero ahora. Me siento bien. De algún modo, renovado.

Lo bueno del caso es que, al tirar lo que ya no necesitaba, encontré tesoros. Esos objetos simples que tienen un significado especial. Hacer limpieza profunda ayuda a distinguirlos.

Encontré mis tesoros. Muchos relacionados con mi infancia, muchos relacionados con mi familia.
Los iré publicando en un afán de compartir con mis finísimos lectores lo más valioso que he tenido.

* Tilichento = wey que guarda tiliches.

6 comments:

aníbal said...

Yo también soy un "tilichento"... material y emocional jaja... :)

Paty Ring said...

Eso de ser tilichento emocional es aún peor.
Bien por esos procesos de limpieza, astronautillo. Me recuerda que tengo que hacerlos también.

Anonymous said...

está lindo eso. me recuerda que debo limpiar mi cuarto.
mi pieza, como dicen por ahi jaja

R.C.

Capitan Frio said...

COntágiame Sergio!!

Necesito tirar tiliches!!!

Me ahoga el mar de objetos ociosos...

Anonymous said...

Acabo de hacer lo mismo, tuve esa misma sensación que describes, limpié a profundidad mi oficina, saqué bolsas y bolsas de basura y a la par mi mente y mi alma se limpiaron de muchas cargas, pero en su lugar se alojó una nostalgia que hasta el momento no me ha dejado. Yo soy tilichenta de ligas mayores, pero asi como dices, tengo tesoros, que a veces me gusta desenterrar de mi closet y librero aunque es garantia que sentiré melancolia.

Laura Carolina

Anonymous said...

Bueno pues yo también soy una tilichenta, alérgica al polvo, y sí reorganizar es una terapia increíble para sentirse ligero. En mi caso hay cosas de las cuales me cuesta tanto deshacerme que prevalecen, hasta tres sesiones destilicheras. PD. Que bueno que mi blog favorito retro-vulgar no se fué a ningún lado. Tu narrativa en cosas tan sencillas que no simples, suelen hacerme sentir identificada y siempre me son entrañables. Muchos Besos. Mayelli Osuna.