Dicen estudios recientes de alguna universidad de 'por ahí', que de cada 10 frases que los seres humanos decimos, al menos 3 son mentiras. En otras palabras, hay razón de sobra para desconfiar de la gente.
Hace unos 8 años, íbamos viajando en carretera; estábamos hartos, cansados y llevábamos muchas hora de camino.
En la parte de atrás, estábamos mi hermana (de unos 9 años por aquel tiempo) y yo.
Ella propuso un juego: que uno pensara un número del 1 al 10 y el otro intentaría adivinarlo. El que más números adivinara, ganaba.
No sólo me pareció el juego más aburrido de la vida, sino que, además, suponía una dificultad lógica: ¿Cómo evitar que el otro mintiera y dijera "falso" aun cuando el otro hubiera acertado?
Escéptico, le pregunté esto a mi hermana y le dije que no se podía. Su respuesta, a la fecha, me impresiona y me ablanda el corazón:
"Sí se puede jugar si tú me dices la verdad y yo te digo la verdad".
Y así de sencillo, me convenció de jugar. Me costó trabajo ser así de honesto y confiar en ella. Pero sé que esa tarde al menos, los dos dijimos la verdad.
Ella ganó.
Hace unos 8 años, íbamos viajando en carretera; estábamos hartos, cansados y llevábamos muchas hora de camino.
En la parte de atrás, estábamos mi hermana (de unos 9 años por aquel tiempo) y yo.
Ella propuso un juego: que uno pensara un número del 1 al 10 y el otro intentaría adivinarlo. El que más números adivinara, ganaba.
No sólo me pareció el juego más aburrido de la vida, sino que, además, suponía una dificultad lógica: ¿Cómo evitar que el otro mintiera y dijera "falso" aun cuando el otro hubiera acertado?
Escéptico, le pregunté esto a mi hermana y le dije que no se podía. Su respuesta, a la fecha, me impresiona y me ablanda el corazón:
"Sí se puede jugar si tú me dices la verdad y yo te digo la verdad".
Y así de sencillo, me convenció de jugar. Me costó trabajo ser así de honesto y confiar en ella. Pero sé que esa tarde al menos, los dos dijimos la verdad.
Ella ganó.