LOS QUE NO DEBIERON CANTAR parte 1

Mis finísimos lectores:

Los saludo con gusto, aunque de lejecitos porque estoy enfedmito de gripe y soy un foco de infección.
Una de las cosas que más frustración me generan es que, enfermo como estoy, me es imposible cantar karaoke que, como saben, es uno de mis pasatiempos favoritos.
La imposibilidad para cantar, sin embargo, es algo que no ha frenado a algunos. Y es justo a esas personitas especiales a quienes quiero dedicar este post, a aquellos que no fueron bendecidos con el talento para el canto y que, por lo tanto, no debieron hacerlo... ¡Pero igual lo hicieron!

Ésta es la primera de muchas partes. Quisiera comenzar con una guapa chica rubia, señorona del melodrama mexicano, la adorable Érika Buenfil. Yo desconocía que ella se hubiese lanzado como cantantante en algún momento, así que éste fue un hallazgo muy divertido. Todo en este video es fantástico: la canción, la producción, el look, los bailes y, obvio, la falta de buena voz. ¡Una joya!


También pueden explorar otros videos de Érika cantando (o bailando, otro de sus talentos no muy desarollados). Éste es buenísimo, ella cantando la canción La moda juvenil.

Aquí una anécdota: no sé si recuerdan esto pero ella protagonizó una telenovela llamada Marisol, en la que era una vendedora de flores marcada con una fea cicatriz en su mejilla que, avergonzada, cubría con un mechón de su güerita cabellera. Un buen día, la Marisol ésta consigue el dinero para borrársela quirúrgicamente. ¿El problema? Cuando regresa a su casa, todos la miran extrañados y le dicen 'Me pareces conocida, ¿quién eres?': ¡Nadie la reconocía sin la cicatriz! WOW.
Pues bueno, les cuento que yo tengo una cicatriz en la parte alta de mi nariz por una operación que me practicaron hace once años. Y hace año y medio tuve el placer de dirigir un comercial donde participaba Érika como actriz y, con ese sentido del humor simple y simpaticón que me caracteriza, le dije: "Oye, Érika, fíjate que yo vi tu telenovela 'Marisol' cuando era niño e influyó en mí. Mira, yo tengo esta cicatriz, y en su momento quise quitármela, pero después pensé: Nooo, ¿qué tal que me la quito y luego ya nadie me reconoce?". Ella volteó y me miró con ojos de pistola, algo así: ¬¬
Pienso que mi comentario no le hizo la menor gracia. En cambio a mí ella me cayó muy bien y tiene un hijo bien padre.

Esta nueva sección, Los que no debieron cantar, les irá ofreciendo más casos de personas osadas y temerarias. Esperen nuevos y espectaculares osos. Y, desde luego, sugieran.

Todo mi cariño y mis virus gripientos para ustedes, finísimos lectores.