Monday, February 21, 2011

SEMÁFOROS EN VERDE

Mis finísimos lectores:

Soy director de cine. Ése es mi trabajo y lo amo profundamente. Sin embargo, siempre, desde muy chico, he estado convencido de que soy actor. No sólo la actuación me parece fascinante, sino todo aquello que la rodea: los escenarios, las luces, vestuario, cámaras. Cuando tenía 6 o 7 años, mis papás mandaron hacer una litera en la que yo dormía, pero en la parte de abajo, en vez de otra cama, dejaron el espacio vacío y le pusieron unas cortinas rojas que funcionaba como telón. Mi papá me pintó una manta con una casita que iba de fondo y ahí hacía yo mis obras de teatro: sentaba a mi familia como público y los hacía ver mis espectáculos que, mucho me temo, no eran demasiado buenos. Sí, amo actuar desde siempre y creo que nunca dejaré de ser actor, aunque sea en un lugarcito pequeño -si bien firme- dentro del corazón.

Yo tenía doce años cuando dirigí mi primera película, un rudimentario cortometraje basado en 'Canción de navidad' de Charles Dickens. En ese momento, yo no tenía idea de qué significaba ser director de cine y, sin embargo, lo hacía. La intención, desde luego, no era otra que ponerme como actor protagónico. Usé una cámara de video de mi mamá.
Aquí una foto de mi primer cortometraje actuando y dirigiendo:

Durante los siguientes años seguí haciendo pequeñas películas caseras siempre poniéndome como actor. Entre los 12 y los 15 años hice tres cortos e incluso un largometraje de 95 minutos. La dinámica era sencilla: colocaba la cámara sobre alguna superficie, presionaba rec, corría para ponerme frente a ella y actuaba. Con el tiempo fue gustándome más aquello de presionar el botón: comenzó a entusiasmarme el trabajo creativo detrás de una cámara casi tanto como la actuación.

En 1999, cuando tenía 16 años, decidí hacer una película en la que no apareciera como actor y en la que exclusivamente me concentrara en dirigir. Hice entonces 'Carolina', mi primer cortometraje "serio". Como era de esperarse, durante el rodaje, experimenté en muchas ocasiones la sensación de que estaba alejándome de mi sueño original, que al pretender dirigir estaba traicionando la actuación, que tan feliz me había hecho desde siempre. Me sentí realmente conflictuado porque una parte de mí sentía que éste podría no ser mi camino al final de cuentas.
El último día de rodaje de 'Carolina', sin embargo, algo muy especial sucedió: era domingo y todo el crew iba en una caravana de seis coches; partíamos de un extremo de Tepic, mi ciudad natal y debíamos ir al otro a través de Insurgentes, una de las avenidas principales. Si bien Tepic es una ciudad pequeña, cruzarla de lado a lado tampoco es cualquier cosa. Esa mañana yo me sentía particularmente perdido y confundido: me estaba gustando mucho dirigir, tal vez demasiado. Salimos pues en todos los coches y fue una enorme sorpresa descubrir algo: durante todo el trayecto - que, repito, no era corto- no hubo un solo semáforo en rojo. Uno tras otro, todos en verde. Nunca antes de ese día vi tantos semáforos en verde al hilo y ciertamente no lo volví a ver nunca después. Sólo ese día.

Yo soy un hombre de fe y creo mucho en muchas cosas. Algo que me gusta especialmente es leer señales que, pienso, el universo manda para mí en forma de metáforas. Ese día, cuando todos los semáforos estuvieron en verde, no pude evitar sentir que el universo me estaba dando la bienvenida: tuve muy claro que ése por el que transitaba sí era mi camino y que las puertas se estaban abriendo para mí. Ese día las dudas se disiparon por completo: era un director de cine.

Nunca he dejado de creer en las señales y encuentro que la vida es sumamente disfrutable cuando uno se toma el tiempo de intentar decodificar de manera casi poética las situaciones, interpretándolas como mensajes que el universo tiene para nosotros.
Todo esto viene a cuento porque algo muy especial ocurrió recientemente. Como ya he mencionado en éste y otros espacios, nos encontramos actualmente en plena fase de desarrollo de nuestra nueva película que lleva por título 'Cuatro Lunas'. Es un proyecto que amo mucho y en el que creo absolutamente. Es una película que, como puede adivinarse por su título, utiliza las cuatro fases básicas de la luna como hilo conductor. Justamente, el 21 de diciembre del año pasado fue un día muy relevante para el proyecto: ese día sumamos un par de elementos decisivos en el proceso de consolidación y esa misma noche, como quizá muchos de ustedes recordarán, tuvo lugar un eclipse de luna. El espectáculo fue fascinante no sólo por su belleza sino, para mí en particular, porque en una sola noche fueron visibles todas las fases de la luna. Todas las Cuatro Lunas en una sola. Y sentí una profunda emoción: vamos bien.

Desde entonces el proyecto ha ido creciendo mucho: hemos logrado reunir un reparto en verdad fantástico (aprovecho para agradecer al director de casting, Carlos Cambiazzo) y personas muy valiosas se han sumado al proyecto. La semana pasada, justamente, nos notificaron que la película fue seleccionada para el Encuentro Iberoamericano de Coproducción y ésa es una magnífica noticia.
Eventualmente estaré publicando en este espacio mucha información sobre la película así como la lista de actores confirmados. El casting no está completamente cerrado, pero pronto. Ya les contaré todo.

Estaré un poco ausente -sí, más- porque mañana partimos a Cuba, donde estaremos filmando un proyecto. Entiendo que desde allá podría no ser muy sencillo esto de conectarme y estar posteando, así que si no se enteran de mí, es porque estoy en "la isla". Ya volveré con un nuevo corto que habré dirigido con todo el amor y que seré feliz de compartir con ustedes.

Sí, soy director. Nunca dejaré de ser actor porque incluso hoy, ser actor es para mí una herramienta muy importante en mi trabajo como director: se complementan perfectamente.

Pues aquí les comparto 'Carolina', el cortometraje decisivo del que tanto les hablé. Espero que lo disfruten:



Mañana viajo una vez más para filmar. Soy bloguero. Soy actor. Soy director. Y los semáforos están en verde.

Felices lunas.

Monday, February 07, 2011

CON LA MANO LIBRE DEL RATÓN.

Mis finísimos lectores:

El día de hoy les traigo un video que es una joya: una serie de recomendaciones para lograr una "sana" navegación por internet libre de masturbación. Échenle ojo:



Casi los convence, ¿no? Y con toda razón: es muy persuasivo.

En realidad, prácticamente todos los estudios serios han coincidido en que la masturbación es una actividad sumamente recomendable. Por un lado, permite un trabajo de conciencia sobre el cuerpo de uno mismo que, a su vez, se traduce en una sensibilización y una mejor y más saludable dinámica del entendimiento sexual en pareja. Desde luego la masturbación está asociada también a una forma de satisfacción sexual que no pone a las personas en riesgo de contraer ninguna ETS (cuando se hace por mano propia, digo). Por otro lado, según un estudio de 2003 del Consejo Australiano de Cancerología, los hombres que se masturban frecuentemente tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer de próstata. Y por si todas las anteriores no fueran ventajas suficientes, podríamos volver a lo básico: se siente 'rwicow'.

A pesar de todas sus bondades, durante siglos a la pobre "chaquetita" se le ha visto como algo sucio y pecaminoso. Y se han inventado muchas pendejadas, como eso de los pelos que salen en la mano de los puñeteros. OBVIAMENTE no es que "salgan" de la mano sino, en todo caso, que se hayan quedado pegados en ella, por el sudor, la cremita o qué sé yo. Tiene sentido, ¿o no?
También dicen que quien mucho se masturba agota sus reservas seminales y luego ya no puede procrear. Sin embargo, la ciencia nos ha repetido hasta el cansancio que el semen, como "la cosecha de mujeres", nunca se acaba.

Decía el slogan de una campaña de salud: "An orgasm a day keeps the doctor away". Y cuánta razón tiene. Yo, por ejemplo, casi nunca me enfermo. Mhuajajaja. Por supuesto, como hombre de ciencia que soy, recomendaría con ahínco la actividad ya mencionada.

Este video me llega vía Gustavo Egelhaaf, quien, por cierto, como anuncié en Twitter, es uno de los actores protagónicos de mi nueva película, Cuatro Lunas. Además, este bonito video me recuerda mucho aquella joya presentada en este espacio hace algún tiempo, Amo a Laura. ¿Se acuerdan?

Bueno, ahora vayan y hagan lo primero que les venga a la mente.... Ji ji ji ji.